14 de diciembre de 2009

Fotografía


PARQUE NACIONAL LOS ARRAYANES
PROVINCIA DE NEUQUÉN, ARGENTINA

Parque Nacional Los Arrayanes
Provincia de Neuquén, Argentina

Bosque de Arrayanes

Bosque de Arrayanes

Bosque de Arrayanes

Bosque de Arrayanes

Bosque de Arrayanes

Bosque de Arrayanes

Bosque de Arrayanes

Pasarela en el bosque de Arrayanes



Fotografías tomadas por Alicia










De todo un poco

EL LEON




Por su vigor y sus hábitos predadores el león se ha considerado durante siglos como "el rey de la selva". Todavía sobrevive el mito de los poderes sobrenaturales del león, ya que hay quienes creen que comer o llevar encima partes de un león, puede revivir poderes perdidos, curar enfermedades y conseguir la inmunidad frente a la muerte. Por suerte, son muchos que se conforman con observar y fotografiar a este magnífico animal.

En otro tiempo, la distribución de los leones fue mucho más amplia que la actual. Los escritos de Aristóteles comentan la presencia de leones en Grecia en fecha tan reciente como 300 años a.C., y los cruzados se encontraban frecuentemente con leones en sus viajes a Medio Oriente.

Como otros miembros de la familia de los félidos, el león tiene un cuerpo esbelto, compacto, musculoso y con un pecho amplio. Su cabeza es redonda y corta, y luce unas prominentes vibrisas. El cráneo está bien adaptado para dar muerte y devorar a sus presas. Visión y oído son más importantes que el sentido del olfato para localilzar a las presas. Como en la mayoría de los félidos, los leones machos adultos son más grandes que las hembras adultas (de un 20 a un 35%, incluso un 50% más pesados). Ello les procura una notable ventaja en la alimentación, donde pueden competir con otros y robar carroña para sí, pero en realidad los machos de una manada sobreviven casi exclusivamente por las presas muertas por las hembras.

El papel principal del macho de la manada consiste en proteger el territorio y a las hembras contra los otros machos; su tamaño también constituye una ventaja en este aspecto. La espléndida melena del macho confiere el aspecto de un gran tamaño sin los inconvenientes de un aumento de peso. Las luchas no suelen acabar en guerra porque el más pequeño de los dos leones percibe su desventaja y se retira antes de empezar. La melena también sirve para protegerse de golpes.



La dieta del león abarca animales que pesan desde 50 a 500 kg., aunque también es capaz de comer roedores, liebres, etc. Normalmente los leones no participan de la cacería porque su melena les da un aspecto demasiado llamativo. Cuando cazan rodean a la presa. Aunque alcanzan velocidades de 58 km/h., algunas de sus presas corren a 80 km/h., por lo que los leones deben utilizar la astucia para acercarse a 30 m. de su víctima.

La presa suele ser devorada por todos los miembros del grupo. Cuando varios leones comen juntos, o cuando la víctima es pequeña las escaramuzas son frecuentes pero breves, y es raro que se produzcan heridas graves. Las hembras adultas necesitan unos 5 kg. de carne por día y los machos adultos 7 kg.

Los leones comparten dominio con otros animales carnívoros, cada uno de los cuales puede alimentarse con muchas de las mismas especies que son presas de los leones. Todos ellos cazan animales que pesan menos de 100 kg., pero sólo los leones matan con regularidad presas con peso superior a los 250 kg. Asimismo, los leones tienden más a matar presas adultas y sanas.

La madurez sexual puede conseguirse entre los 24 y 28 meses en cautiverio y entre los 36 y 48 meses en libertad, diferencia que puede deberse a factores de la nutrición. Las hembras son sexualmente receptivas más de una vez al año, y este período les dura de 2 a 4 días. El intervalo entre ciclos es muy irregular y puede variar entre dos semanas y varios meses. La ovulación es inducida por la copulación.

La gestación es corta para tratarse de un mamífero grande: 100 a 119 días. En consecuencia los cachorros son muy pequeños al nacer y pesan menos del 1% del peso del adulto. La producción se produce a lo largo de todo el año, aunque varias hembras de una manada pueden parir el mismo mes. Las hembras crían juntas a los cachorros y amamantan a cualquiera de ellos. Son destetados gradualmente y empiezan a comer carne a los tres meses, si bien siguen amamantándose hasta los seis meses en las cuatro mamas de la hembra. La mortalidad de los cachorros es alta, ya que un 80% puede perecer antes de los dos años de edad. Una hembra adulta producirá su siguiente camada cuando sus cachorros cumplen dos años de edad. Si perece toda la camada, se apareará poco después de la muerte del último cachorro.

La manada del león suele consistir en 4 a 12 hembras adultas emparentadas y 1 a 6 machos adultos. Los leones pasan la mayor parte de su tiempo en un grupo dentro de la manada. Los machos de la manada pueden estar emparentados entre sí, pero generalmente no lo están con las hembras. Los límites territoriales se mantienen mediante el rugido, las marcas de orina y las rondas.

Una manada cubrirá una zona de entre 20 y 400 km2, según el tamaño de la misma y la cantidad de caza disponible. Las grandes manadas pueden coincidir con los elementos de las vecinas, aunque cada una tiene una zona central para su uso exclusivo.
El tamaño máximo de un territorio depende de la capacidad de una manada para defenderlo y por el punto en el que la conexión social podría llegar a romperse.

Por su escasa o nula capacidad para la captura de presas, los cachorros suelen pasar hambre durante su primer año de vida. Las hembras adultas hasta llegan a impedir que se alimenten en épocas de escasez de comida. Incluso en momentos de abundancia los cachorros pueden perecer por inanición si sólo se da muerte a animales pequeños, debido al predominio de los adultos sobre la presa. A los 18 meses los cachorros están suficientemente preparados para asegurarse el sustento matando.

Los parentescos de sangre entre leones se descubren manteniendo un historial de individuos conocidos. En el nucleo de una manada de leones hay de 4 a 12 hembras emparentadas entre sí por haber crecido entre descendientes de hembras unidas también por vínculos familiares. Si una manada persiste durante generaciones y rebasa su óptimo numérico, las hembras sub adultas sobrantes son expulsadas.

Si no se han marchado por su cuenta, los machos sub adultos también son explusados a la misma edad y se agrupan con los restantes machos que a su lado han crecido. Algunos de ellos pueden ser hermanos, parte de la camada de la misma leona, pero su parentesco equivale al de hermanastros, e incluso es más distante. El grupo de machos jóvenes permanece unido durante 1 ó 2 años y procura asentarse como machos sementales de una manada. Los machos mantienen el mando sobre una manada durante períodos que oscilan entre los 18 meses y los 10 años, según el grado de competición sobre los grupos rivales y el número de machos con el que comparten el mando.



Los machos de una manada son buenos compañeros; luchan fieramente y en cooperación con otros machos forasteros, pero no luchan entre sí por las hembras receptivas, sino que llegan a una especie de "acuerdo entre caballeros"; el primer macho que encuentra una hembra encelada suele ser aceptado como dominante entre los demás machos.

Un macho adulto establecido en una manada suele mostrarse amable con las hembras y con los cachorros engendrados por él o por sus parientes, pero un miembro de un grupo de machos llegados de otro lugar se comporta de manera muy diferente: es probable que mate al menos a algunos cachorros de la manada al tomar posesión de ella. Esta conducta violenta y esta aparente inadaptación resultaban antes desconcertantes, ya que no es corriente que los mamíferos maten a los jóvenes de su propia especie. Sin embargo, con el estudio de la vida de los leones en manadas a lo largo de varios años, se ha comprobado que, si los machos matan cachorros al instalarse, es probable que dejen más descendientes propios. El macho no está emparentado con los cachorros que mata, pero al matarlos puede que su madre tenga descendientes suyos (al mostrarse receptiva de él poco después de la muerte de su último cachorro). Por otra parte, los cachorros de este león también sobrevivirán mejor si no hay cachorros de más edad para competir con él. Por eso, matar cachorros en estas circunstancias es un acto adaptativo y, como otros aspectos de la conducta del león, constituye una faceta del proceso de selección de estirpe en plena acción.


Fuente: Natura, enciclopedia de los animales.