1 de noviembre de 2009

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PARROQUIA NATIVIDAD DEL SEÑOR

El padre Ignacio Peries Kurukulasuriya nació en la aldea de Balangoda, Sri Lanka (Ceilán), el 11 de octubre de 1950. Después de terminar el secundario viajó a Madras, India, para estudiar distintas religiones. Más tarde ingresó en el seminario de Londres, donde se unió a la Cruzada del Espíritu Santo, una orden de la Iglesia Católica Apostólica Romana creada en 1966 por el sacerdote irlandés Thomas Walsh en Salamanca, España. En 1979 Ignacio llegó a Argentina, donde debutó como sacerdote en Tancacha (Córdoba) y al poco tiempo, en diciembre de ese año, el cura desembarcó en Rosario, la ciudad que años más tarde terminaría por acogerlo con tanto reconocimiento a su carisma como para proyectar esa fama al resto del país. 
"Esto resume el afecto y el cariño hacia las obras que hemos llevado a cabo en todos estos años. Siento mucho orgullo y felicidad de compartir con los demás mi presencia en Argentina. Ya no me siento más como un ceilandés, soy por completo argentino. Me han brindado tanto afecto que eso me facilitó entregar mi sacerdocio en plenitud para los que necesitan, sin fijarme en la hora ni el día", confesó el sacerdote.
El religioso recordó también a su madre. "Todo lo que hago es con amor y esto pondrá muy orgullosa a mamá", dijo con cierta nostalgia. 


Por siempre Rosario
Para alegría de sus seguidores se animó a pronosticar que seguirá afincado por siempre en Rosario. "Tengo posibilidades de vivir en Inglaterra, Irlanda o Australia, pero mi cariño tomó raíces en Argentina y tengo ganas de quedarme siempre en Rosario". 

"Recién ordenado pensé que mi destino era quedarme en Londres, pero llegué a la Argentina como un milagro. Cada día que pasa me siento como un argentino más, y cuando voy de visita a mi tierra natal, no veo la hora de volver a Rosario", resumió el padre Ignacio Peries, oriundo de Sri Lanka, luego de ser reconocido como inmigrante ilustre de la ciudad durante un acto que se desarrolló en el colegio Natividad del Señor, en Parquefield. 

El popular Padre Ignacio recibió otra caricia del pueblo rosarino. Además de la muestras de afecto que le profesan diariamente los miles de peregrinos que llegan a su casa parroquial de barrio Rucci, ahora se sumó el halago oficial a través de la delegación local de la Dirección Nacional de Migraciones, que lo distinguió como uno de los extranjeros más destacados que habitan el suelo santafesino. 


Fuente: Taringa